Salustiano calificó su partido en el Feliciano Cáceres como inolvidable, ya que era una de sus metas futbolísticas, aparte de una promesa especial que relató: "Desde 1996 hasta el 2001, a las 3:30 de la madrugada, me levantaba a correr, después me iba a vender diarios. Un día amaneció mal mi mamá (2001), fue el último año que vendí diario", comenzó diciendo en la 970AM.
Luego agregó que un día, en el 2001, "lo primero que me habían dicho fue que mi mamá estaba muy mal y dejé todo para ir a ver cómo estaba. No teníamos medios ni para mover a mi mamá. Con un tío la llevamos al hospital y teníamos que rompernos el lomo para conseguir los medicamentos", comentaba emocionado Candia.
"Al otro día me fui a vender diarios esperando que mi mamá mejore. No fue así; amaneció muerta... fue algo que nunca esperamos", relató Candia, quien en ese momento prometió a su madre que algún día jugaría por la selección nacional.
"Hoy día estoy viviendo orgullosamente de todo lo que hemos pasado. Estoy pagando con mucho sacrificio también todo el sacrificio que hicieron mi mamá con mi papá... Muchas veces ellos no comían para darnos de comer a nosotros y eso es algo que siempre, con mis hermanos, vamos a estar valorando”, resaltó el futbolista.
Para el jugador franjeado, vestir la Albirroja "era la meta que me habría propuesto y llegué (...) es lo que siempre uno sueña. Es lo máximo jugar en la selección. Por ser la primera vez creo que fue bueno, pero uno nunca termina de conformarse", indicó sobre su desempeño en el partido. Vía
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